‘Hay que cuidarse, dormir bien y mirar con quién, soñar mejor y despertar’

Este sábado 16 de noviembre a las 21.00 horas en El Rincón del Búho (calle Parras, 31) nos espera ‘El arte de hacerse la dormida’, propuesta escénica de poesía y música a cargo de Carmen Camacho, poeta, y Daniel Mata, cantautor. Las palabras las pone ella de su propio lápiz de punta fina, y las sacará aquí de viva voz. Las canciones las trae él en sus dos cajas: una de música que llaman guitarra, otra torácica que llaman pecho. Como calderones sin la barca, cantautor y poeta hacen de las suyas y enredan música y palabra y así, los poemas de Carmen Camacho los musicaliza Daniel Mata, y las texturas sonoras de Daniel Mata las palabriza Carmen Camacho. Todo ello para sentir y celebrar la suerte de vivir, la gracia de soñar y el arte de burlar a la muerte y a los dueños. Porque… ¿quién no se ha hecho alguna vez la dormida? ¿quién no se ha sonreído cuando le preguntan eso de “duermes”?

¿En qué consiste el arte de hacerse la dormida?
El arte de hacerse la dormida es un espectáculo de poesía y música. Pero, antes que eso y ante todo, hacerse la dormida es una de las bellas artes. Es la forma más divertida de estar despierta, es la forma más triste de soñar otra vida y es –y esto nos importa y mucho- una forma estupenda de burlar a la muerte, las reglas y a los dueños. Se creen que dormimos, pero no, se creen que soñamos, pero sí. Ahí anda el juego y así jugamos: con poesía y con música.

¿Es difícil? ¿Cuánto tiempo se tarda en dominarlo?
Como cualquier bella arte, dominarla exige su gracia y años de práctica, a poder ser desde la más tierna infancia. Nunca se termina de aprender esto de dar esquinazo a quienes nos quieren en una sola dimensión y definición. Eternos aprendices, nosotros no dejamos de buscar referencias para aprender a hacernos los dormidos y estar bien vivitas y despiertas. Pasamos mucho de quienes vienen a decirnos ¡a dormir he dicho! y guiñamos todo el rato a los GCN –Gente Como Nosotras- que se cuelan por las grietas de la realidad, mientras van llamando en su carrera a todos porterillos electrónicos del barrio.

Entonces, ¿es una herramienta para el vivir?
Claro. Vivir despiertos y soñando a la vez, esta es la idea. Estas cosas levantan sospechas en quienes creen que dos y dos son siempre cuatro, así que, para que no se enteren de que andamos haciendo de las nuestras, explicamos esto de “hacerse la dormida” en lenguajes en los que no creen ni entienden: la poesía y la música.

Camacho y Mata. Poesía cantada. Y vivida, claro.Como artistas, Carmen y Daniel, tenéis los ojos bien abiertos…

Como artistas y como gente, procuramos tener los ojos muy muy abiertos. “Abrir los ojos hasta verte”, esa es nuestra consigna, ese es el plan.

En esta vida, ¿hay más insomnes o más sonámbulos?
Hay insomnes que lo son porque les pica la sábana de la vida, y les pica ahí donde más pica y eso es duro. Pero está también el amor que quita el sueño, y esas ojeras, a ambos, nos encantan tanto verlas como contraerlas.
Los sonámbulos también los hay de varios tejidos: los hechos de tela de luna, que te convidan a sus sueños en plan artista invitada, y los de metacrilato, que parecen despiertos, sólo lo parecen, pero pueden incluso convertirse en zombis y endiñarte un mal bocao.
Cualquiera podemos llegar a ser insomnes y sonámbulos de uno u otro estilo, así que hay que cuidarse, dormir bien y mirar con quién, soñar mejor y despertar.

Os pedimos una pequeña confesión: ¿alguna pesadilla recurrente?
Sí, y coincidimos ambos en la misma pesadilla (curioso): soñamos que salimos a recitar y cantar en pijama. Cualquier día hacemos nuestro sueño realidad.

Y para terminar, ¿no creéis que a veces se sueña demasiado y se vive muy poco?
La realidad nos quiere unidimensionales: o soñando o haciendo como que vivimos. De ahí el chapuzón, con poesía y con música, en lo otro, en lo verdaderamente real: que es posible vivir y soñar. Militamos en la vida con fervor. Ya dormiremos bastante cuando nos muramos.
¡Salud!

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